Lima es una ciudad donde impera la informalidad. Venden de forma ilícita ropa, zapatillas, perfumes, golosinas, medicamentos, en fin, todo lo que uno puede imaginar, y los animalitos no se escapan. En el centro de Lima, en la cuadra 4 del jiron Ayacucho es donde puedes encontrar la forma más ilegal, fácil e inhumana de comercializar mascotas. Personas paradas con cachorros en las mochilas, hámster que pelean por sobrevivir, canarios amontonados en una pequeña jaula, es el panorama que se vive en estas “galerías” donde puedes encontrar cualquier tipo de mascota para tu hijo a un precio muy accesible.
Cuando llegamos al recinto, nos ofrecieron un “labrador de raza” a 50 soles, era negro pero con una mancha blanca en el pecho. Era obvio que era “chusco” pero ante esa mirada tierna de un cachorro era difícil rechazarlo. Seguimos en la busqueda y nos ofrecieron un dálmata de 2 meses a 150 soles. Por supuesto, una vez más el ingenio del peruano es aprovechado para sacar la vuelta. Al averiguar la veracidad de la vacuna, llamamos a dicha veterinaria (que según la hoja se encontraba en San Juan de Lurigancho) y descubrimos que el número no existía. Después de esto, no quedaron dudas a cerca de hasta donde son capaces de llegar las personas con tal de sacar el mayor provecho.
Al seguir caminando, encontramos dos callejones en los cuales abundaban todo tipo de animales. Desde perros hasta gallinas. Pero lo peor vino después: en una caja de vidrio de 20x20cm habían 50 hámsters. Era inaudito como trataban de obtener un pedacito de zanahoria, al igual que un gato persa grande estaba en una jaula donde tan solo podía mover su gran cabeza. Al ver estas escenas se te erizaba la piel al ver cuántos animales viven amontonados en estantes diminutos.
Otra causa por la que hicimos este reportaje es para denunciar la venta ilegal de animales en peligro de extinción como el caso de las tortugas “charapitas”. Preguntamos por ellas, y de forma clandestina saco una caja de madera sin agujero, rellena de papel periódico y nos mostró a la especie en extinción Era sumamente adorable, con una expresión de debilidad en su diminuta cara. Nos pedían 8 soles por llevarlas; pero, si son tortugas acuáticas, ¿por que estaban en una caja? El vendedor nos respondió de forma muy fresca que, estaban en una caja porque tenían frio ya que en la mañana estaban en la pecera y para abrigarlas las puso allí.
A todo esto ¿dónde esta la sociedad protectora de animales? ¿Acaso esto no es un abuso? ¿Qué tiene que pasar para que esta institución se haga presente? ¿Hasta cuando seguirá la venta ilegal de animales? ¿Las autoridades pondrán mano dura a esto? Nadie lo sabe, lo único claro es que en nuestro país las instituciones solo están para hacer bulto y que las personas se aprovechan de los animales para llenarse los bolsillos. Los animales no tienen el don de comunicar cuando tienen hambre o sienten frio, y callan sus incomodidades y tristezas. Este reportaje va dedicado a ellos.
Cuando llegamos al recinto, nos ofrecieron un “labrador de raza” a 50 soles, era negro pero con una mancha blanca en el pecho. Era obvio que era “chusco” pero ante esa mirada tierna de un cachorro era difícil rechazarlo. Seguimos en la busqueda y nos ofrecieron un dálmata de 2 meses a 150 soles. Por supuesto, una vez más el ingenio del peruano es aprovechado para sacar la vuelta. Al averiguar la veracidad de la vacuna, llamamos a dicha veterinaria (que según la hoja se encontraba en San Juan de Lurigancho) y descubrimos que el número no existía. Después de esto, no quedaron dudas a cerca de hasta donde son capaces de llegar las personas con tal de sacar el mayor provecho.
Al seguir caminando, encontramos dos callejones en los cuales abundaban todo tipo de animales. Desde perros hasta gallinas. Pero lo peor vino después: en una caja de vidrio de 20x20cm habían 50 hámsters. Era inaudito como trataban de obtener un pedacito de zanahoria, al igual que un gato persa grande estaba en una jaula donde tan solo podía mover su gran cabeza. Al ver estas escenas se te erizaba la piel al ver cuántos animales viven amontonados en estantes diminutos.
Otra causa por la que hicimos este reportaje es para denunciar la venta ilegal de animales en peligro de extinción como el caso de las tortugas “charapitas”. Preguntamos por ellas, y de forma clandestina saco una caja de madera sin agujero, rellena de papel periódico y nos mostró a la especie en extinción Era sumamente adorable, con una expresión de debilidad en su diminuta cara. Nos pedían 8 soles por llevarlas; pero, si son tortugas acuáticas, ¿por que estaban en una caja? El vendedor nos respondió de forma muy fresca que, estaban en una caja porque tenían frio ya que en la mañana estaban en la pecera y para abrigarlas las puso allí.
A todo esto ¿dónde esta la sociedad protectora de animales? ¿Acaso esto no es un abuso? ¿Qué tiene que pasar para que esta institución se haga presente? ¿Hasta cuando seguirá la venta ilegal de animales? ¿Las autoridades pondrán mano dura a esto? Nadie lo sabe, lo único claro es que en nuestro país las instituciones solo están para hacer bulto y que las personas se aprovechan de los animales para llenarse los bolsillos. Los animales no tienen el don de comunicar cuando tienen hambre o sienten frio, y callan sus incomodidades y tristezas. Este reportaje va dedicado a ellos.